Consciencia y Felicidad.

Espiritualidad: Mejora tu Evolución.

Hablaremos aquí de aquello a cuidar y desarrollar en nuestro sentir interno, incluso hablaremos de algo tan o más importante, la relación o congruencia entre las diferentes cualidades de nuestro mundo interior.

Esas cualidades no sólo nos pueden llevar a una realización interna mayor, sino que nos pueden llevar a la iluminación; lo más asombroso es que está en nuestra mano que ese camino, más que un camino a recorrer, sea una explosión instantánea de iluminación en nuestra vida.

 

Nuestra potencialidad de avanzar en Paz, Felicidad y auto estima es tan clara y potente cómo nuestra Actitud en pretenderlo.

Comenzaremos por indicar que nuestro estado evolutivo depende de los elementos de Consciencia, Presencia y Esencia.

 La Consciencia es el estilo de pensar.

La Presencia del Ser es sencillamente el estado de Ánimo.

La Esencia del Ser, es disfrutar el Presente.

Cuando hay contradicción entre estos tres elementos; Conciencia, Presencia y Esencia, es decir cuando no hay sintonía entre nuestro estilo de pensar, nuestro estado de ánimo y la forma en que disfrutamos el presente; lo que ocurre es que se cancela en nuestra realidad los beneficios acumulados de muchas vidas pasadas.

Somos un compendio de sabiduría que sólo está a nuestra disposición en la actual vida, si hay una armonía real en nuestro mundo interior.

Cómo ascendemos en la escala Evolutiva.

Las formas de ascender en lo espiritual son sencillas:

• Si nos enamoramos de nuestro propio ser, ascendemos
• Si agradecemos a nuestro cuerpo bendito por una sola vez con todo nuestro corazón el servicio que nos ha dado, ascendemos.
• Si nos dedicamos a hacer una acción de amor que trasforme la vida de alguien más, hasta el punto que la consciencia de ese ser llegue a intimar con Dios, ascendemos.

Resulta muy extenso detallar los principios de cómo ascender, pero siendo prácticos, cualquiera de estos principios, están en nuestra mano activarlos en una forma natural; la idea esencial es que nuestra consciencia, presencia y esencia han de estar íntegramente entrelazadas, sin que sea importante qué tanto estamos desarrollados en cada una de ellas.

Para favorecer nuestra evolución, hemos de observar en qué forma conectamos nuestra conciencia, presencia y esencia.

Nuestra forma de pensar afecta a nuestro estado de ánimo. Todos nuestros pensamientos deben ser cuidados, hemos de asegurarnos que tengan un registro de alegría, de placer, de estabilidad, de agradecimiento y de crecimiento.

Hemos de procurar que nuestro pensar sea un libre pensar, sea una energía útil, una energía que genere un estado de ánimo apacible, tranquilo, un estado de ánimo de paz y armonía.

Esto es vital, dado que nuestros pensamientos alteran el estado de ánimo; si lo hacen con desorden nuestra etapa presente evolutiva es mínima.

Nuestro objetivo es vivir en plenitud, se trata de disponer de toda la sabiduría conquistada en el pasado, es decir, lo pleno e intenso es hacer nuestra experiencia de vida con todas las conexiones neuronales logradas en todos los tiempos, en todas nuestras vidas vividas.

Cuando no nos centramos en un mínimo de orden y apacibilidad en nuestros pensamientos, cuando creemos que esa dinámica algo desordenada de pensar y sentir es nuestra forma y no aceptamos cualquier cambio posible y beneficioso, ocurre que nos desconectamos de nuestros recursos y sabiduría que sí somos, es decir, de la luz, del amor y la humildad; nos aislamos.

El aislamiento nos lleva a sentir que apenas estamos iniciando la trayectoria espiritual, o bien que nuestras acciones esenciales no tienen mérito ni grandeza.

Construimos una realidad donde aceptamos que no merecemos todos los privilegios de Dios en la tierra y no nos permitimos asombrarnos de lo que ya somos.

Cuando no nos asombrarnos de quienes en verdad somos, cuando no aceptamos lo que merecemos por lo que ya somos, creamos una vida ordinaria con una satisfacción modesta o de baja trascendencia.

Desde un punto de vista Espiritual, este estado se conoce como divididos en nosotros mismos.

El sentirnos disconexos o divididos, nos lleva a un permanente conflicto, en nuestra realidad interna existe el “yo”, el yo que nos dice, yo debo alcanzar, yo debo manifestar, yo debo entender; son todas actitudes mentales que vienen del ego y nos dan prioridades y urgencias, que nos generan pensamientos con desorden y nos alejan de la ascensión.

Nuestra fortaleza y expansión espiritual reside en buscar el equilibrio de las cualidades internas que nos dan expresión.

Cuando mediante la coordinación de nuestras consciencia, presencia y esencia dejamos la ilusión del yo, cuando dejamos la separación de nuestras conexiones neuronales, cuando abandonamos la sensación de separación con los seres humanos, y comenzamos a verlos cómo un verdadero regalo para nuestra evolución; entonces, hemos desarrollado la Presencia Divida, que es lo más difícil de desarrollar en la evolución espiritual.

Si sabemos mucho de lo espiritual, si practicamos mucho lo espiritual pero nuestro estado de ánimo no es consistente y apacible, entonces, no tengo Presencia Divina.

Cuidar y desarrollar el estado de Ánimo significa tener unaactitud clara y definida de reacción continua; hace que las personas nos vean cómo alguien exitoso en la trayectoria espiritual, sin ese estado de ánimo elevado, esas mismas personas nos perciben como personas que no se dan crédito por lo que Dios ha depositado en ellas. 

El estado de ánimo es la prueba de oro, la prueba de la maestría total; ocurre que cuando hemos dejado de pensar, de interpretar y analizar, cuando no necesitamos de circunstancias apropiadas para que festejemos la vida, para expresar gozo, es cuando ya maduramos espiritualmente y podemos decir que nuestro estado de ánimo es lo que consideramos más importante, sencillamente porque es la evidencia para cada uno de nosotros que aplicamos todo lo que sabemos, que reaccionamos en una forma coherente, sencillamente reflejamos Carácter, es decir, quienes en verdad somos.

 Quien refleja en forma consistente un estado de ánimo apropiado, naturalmente transforma las personas que le rodean, naturalmente se convierte en maná del cielo y lo que pide al cielo para otro ser humano lo ve manifestado.

Su poder espiritual es expresado en la tierra y su capacidad de impacto se hace de inmediato y de forma directa.

Quien no tiene carácter es porque no sabe sostener su estado de ánimo y por lo tanto la petición que le pide al cielo no tiene poder en la tierra.

Aunque el ser humano fue concebido en un estado de ánimo de tranquilidad y apacibilidad, en su trayectoria, ha permitido distraerse, ha olvidado lo que en realidad es.

 

¿Qué es Carácter?

Carácter es la práctica del control de nuestros pensamientos, extiende nuestros sentimientos de alegría, de gozo y nos lleva a disfrutar el presente.

 Ese carácter se sostiene en nosotros generando sensibilidad, apreciación y apertura que apuntalan, a su vez, nuestro apropiado estado de ánimo.

Cuando en nuestra intención de rezo pedimos un milagro a la Esencia Divina es porque hay algo que nos agobia, que nos intranquiliza o que nos limita; de modo que, si en el rezo vemos la muestra de nuestra  Presencia Divina, entonces, sentimos que hay porqué festejar, que tenemos una razón de disfrutar.

Sin embargo, hay algo mayor, y es que quien tiene su Esencia abierta, quien sabe disfrutar el presente festeja la vida en una forma continua e incesante y por la misma razón, también el éxito de todos los demás; celebra el crecimiento, la transformación y la luz de todos; quien tiene Consciencia Divina sólo piensa con la intensión de acentuar la alegría que hay en el entorno, busca y encuentra todo aquello que le genera placer y procura reproducirlos; tiene presente todas aquellas circunstancias que le traen estabilidad y procura vivirlas en una forma continua.

Quien tiene la Esencia abierta tiene presente en todo momento que el agradecimiento es vital, sabe que en la interacción con los demás, recibir retribuciones positivas es esencial en su propio estado de ánimo y el de los demás, su pensamiento es útil y claro para sostener la razón de que la vida sea festejada en todos los momentos.

En síntesis, el estado de ánimo es la sensibilidad, la apreciación y la apertura de cada ser humano; define que lo que se piensa y se siente, ha de tener una aplicación bien medida y correcta, que se conjunta en su corazón en una forma sana y bendita.

Si Dios ha hecho la creación y si puedes experimentar un buen crecimiento interno de tu ser en esa creación ¿Qué es lo importante? Lo importante no es seguir acumulando el conocimiento de preceptos, sino que lo importante es no cesar en la práctica de los principios y actividades que ya nos generan gozo una y otra vez.

Si hemos encontrado la llave de nuestra realización y la posibilidad de ayudar en esa tarea a otros, no necesitamos buscar nuevas fórmulas, sino mejorar lo que ya sí nos funciona.

 Quien haya hecho una sola meditación exitosa y haya sentido la fortaleza de la Paz y la presencia de Dios en su Corazón, va a la meditación por placer no porque vaya a obtener algo con esa acción.

  

Es importante entender que nuestro Estado de Ánimo es una Alianza Sagrada con la presencia de Dios en nosotros que nos permite definir en cada momento cuál será nuestra actitud en la vida.

 

Nuestro espacio evolutivo en Conciencia, Presencia y Esencia

Quien tiene minutos al día de un estado de ánimo tranquilo y apacible, ama a Dios desde su Esencia; quien Ama a Dios por horas sosteniendo su felicidad, ama a Dios desde su Consciencia y quien ama Dios por días, logra sostenerse en su propia Presencia.

Consciencia es conocimiento, Esencia es festejar y disfrutar, es alegría Divina y Presencia es sostener.

 

Promueve tu coherencia interno, tu equilibrio en tu sentir, y serás feliz más requisitos, eres un organismo perfecto de Felicidad y Realización.

Quienes logran minutos de felicidad, es porque se dedican a juzgar, a medir, a tener expectativas; los que logran tener horas de felicidad es a través del estudio, del análisis y de la búsqueda de la congruencia; finalmente los que duran días en la presencia Divina se dedican a saborear el presente, a disfrutar, a jugar, es decir, se dedican a sentir la belleza interna y esto es estar Vivo.

Sociedad.

¿Cómo ser feliz por días en el centro de una sociedad?

Cada experiencia que vivimos, tiene algo suave, y algo duro. Es decir, puedo reírme de una experiencia con gozo o puedo juzgar esa experiencia.

Cuando juzgo estoy en el camino duro y los días de felicidad pasan a horas y las horas a minutos. El camino duro, nos lleva a que todas las conquistas en todas las vidas que hemos tenido se desconecten de nosotros, no sabemos lo que hemos sabido en otras vidas para vivir esta, y eso hace precisamente el camino duro.

El camino suave es abandonar la necesidad de darle sentido a todo. 

No nos preguntamos ¿Por qué sucedió esto?, sino que decimos ¿Qué es lo que nos gusta de esto?; no nos preguntamos ¿Por qué esto se ha manifestado? Sino que decimos ¿Dónde veo un regalo en esta manifestación?

Es decir, no nos preguntamos ¿Dónde va la vida?, sino que nos preguntamos, ¿Qué es lo más bello que hemos vivido?; no nos preguntamos ¿Qué es lo que Dios es?, sino, ¿Dónde he visto y sentido a Dios?

Vivir en la actitud de lo suave es la confirmación de que somos seres espirituales; simplemente al sentirlo así, lo vivimos, naturalmente nos acercamos a la nobleza, la caridad, la sensibilidad y sobre todo a ser amorosos.

Es esencial hacer todo esto con los seres que nos rodean, pero primero y en particular es necesario hacerlo con nosotros mismos; es que la práctica del servicio a los demás, del amor, de honrar a nuestros familiares, de buscar en definitiva nuestra estabilidad, no es más que encontrar el sentido auténtico de la vida.

 

Sensación Pura.

El camino suave de la vida para todos nosotros es el amplificar todo lo que saborea nuestra alma y tiene belleza, todo aquello que disfruta nuestro ser y todo aquello que nos lleva a sentirnos orgullosos de nuestra participación en el juego de la vida.

En esencia, buscamos una Sensación Pura que nos dé la certeza de que estamos en la frecuencia del amor, del vivir con el fundamento de la paz y la armonía.

Es por eso que podemos considerar que estamos Iluminados o que no estamos Iluminados. No hay niveles de evolución, hay longitudes de placer; de disfrutar, minutos, horas o días.

Quienes reflejen una actitud evolutiva real donde duren días y a su vez los días se transformen en meses de placer, lo habrán hecho posible porque también han encontrado la forma y la actitud de vivir en placer la interacción continua de un ser a otro ser.

 

Los Cuatro Principios.

Para esto existe la tarea de Los Cuatro Principios, que hablan de elogiar y reconocer a los demás; de engrandecer las muestras de su afecto, de escribir carta a los seres queridos haciéndoles saber que los amamos; de visitar tambien la naturaleza sin ninguna intención, más que disfrutar  de nuestra presencia en lo natural, de jugar a ser espontáneo y permitirnos buscar espacios nuevos donde podamos crear nuevas reacciones que hablen de lo que sentimos y somos ante lo imprevisto; muchas de estas tareas no son más que formas de aceptar al otro desde el disfrute y procurar extender esa felicidad en minutos u horas a un espacio de días.

La sensación Pura en nosotros la produce la certeza de que Dios es real, el enfoque en algo apropiado y externo que nos dé equilibrio y alegría en libertad, que nos dé esa congruencia entre Conciencia, Presencia y Esencia.

 De este modo, logramos muchas aristas de beneficio personal, regeneramos el cuerpo, integramos nuestra mente, nuestro corazón y nuestro cuerpo para que nuestra salud y vitalidad estén garantizada.

En la comunidad China se dice, estamos iluminados o estamos perdidos, no hay espacios intermedios; el ser humano cree que hay escalones de evolución, no es así; en cambio si que hay escalones de intensidad, pero ¿Qué es la intensidad que sentimos? Es el nivel de compenetración entre conciencia, presencia y esencia.

Los niveles más bajos de compenetración hacen que nuestra felicidad dure minutos, los más elevados hacen que nuestros niveles de felicidad se conviertan en una intensidad tal que podemos definirla de estado de éxtasis.

Es así, que ese alto nivel de éxtasis sostenido por días es lo que han alcanzado los seres iluminados del planeta.

La actitud mental de un niño al recibir un regalo, esos ojos de iluminación, ese rostro de placer, es el rostro que el ser iluminado tiene en todo momento y lo puede sostener sin evaluar o justificar si sus circunstancias están bien o no.

Este es el camino de la ascensión.

 

Fluir con tu Actitud.

Fluye entonces ante tu vida, enamórate de quién eres, mírate a los ojos en un espejo y cómo si acabaras de saber que has ganado la lotería, encuentra el rostro más bello que puedes manifestar viéndote a los ojos. Esta es una tarea de autoaceptación.

El que alcanza a verse a los ojos con un profundo amor y llega a manifestar esa sensación pura en cualquier circunstancia, es cuando ya no deja que la experiencia externa defina la intensidad del amor que siente por todas las cosas; es entonces cuando ha escapado de la innecesaria ascensión evolutiva a través de escalones y se otorga a sí mismo la iluminación, llegar a estos niveles, es regalarse la ascensión Crística total.

Tenemos una posibilidad clara, esencial y directa de conectarnos con  nuestra potencialidad, con la unidad de la que siempre hemos sido parte.

Esto es estar Vivo, esto es lo que nos lleva al éxtasis profundo de la concepción de que Dios es un Placer Puro.

Una sola mirada de asombro y maravilla de nuestra Consciencia gozosa a nuestra Presencia hace que transformemos toda la calidad de nuestra existencia humana.

La luz es un regalo que no necesita de pre requisitos, los pre requisitos son la necesidad de nuestra mente en una forma no apropiada.

 

 Evolución Espiritual e Intensión.

 Si queremos ser valientes, podemos hacer las siguientes preguntas a las personas de nuestra confianza:

 1)   Cuando converso contigo ¿Se nota que hay en mi un alto nivel de intensidad de placer por la vida?

2)        Cuando estoy ante ti ¿Estoy presente?

3)   Cuando estoy ante ti ¿Mi conciencia gravita hacia la amplificación de lo bueno?

4)   Cuando estoy ante ti ¿Se nota que festejo mi presencia y mi vida?

5)   ¿O ves que, en realidad, estoy analizando lo que me cuentas?

6)  ¿Se nota que en vez de estar disfrutando aquello que me dices, estoy tratando de definirlo?

7)   ¿O bien, te es evidente, que sin importar lo que me estás diciendo, yo ya estaba en un espacio natural de placer?

 

Estas preguntas reflejan directamente nuestro estado de estabilidad espiritual, lo que llamamos Desarrollo Evolutivo. Es saber si estamos siendo real en nuestra intensión de evolución espiritual.

 

El corazón deja de buscar, la mente deja de añorar el saber, porque ya siente la totalidad de un placer profundo que reconoce como Dios.

 

La mente se para, la mente justifica, la mente define tanto placer de acuerdo a tal experiencia, tanto gozo de acuerdo a tal escenario y tal circunstancia. Este tipo de análisis, es lo que limita la ascensión de todo ser humano y crea el proceso de evolución en sí.

 Si amo con mi totalidad a un ser, acepto que la vida es temporal; y si lo disfruto al máximo y le agradezco y valoro todo lo bueno de él; estoy actuando en una forma Iluminada.

La dificultad de la evolución es el temor a disfrutar la pureza de la sensación más intensa de Dios en tu entorno natural.

Si nos acostumbramos a la intensidad de la alegría no hay necesidad de evolucionar, hay ascensión directa e instantánea garantizada.

 La evolución espiritual es una reacción practicada desde nuestra conciencia y nuestro corazón, para conectarnos con la sabiduría de la consciencia colectiva de muchos universos y a la vez, para no tener que sentir la separación de nuestro ser con nada de lo bello, lo pulido y lo valioso.