Contrato de Vida. Camino de Ascensión con Placer, Paz y Armonía.

Vivir con Plenitud.

Todos nacemos con un compromiso.

Disfrutar de la vida y compartir nuestra luz con el mundo. Este contrato no exige esfuerzo ni sacrificio, sino que nos invita a vivir en paz y armonía con nosotros mismos y con el universo.

Mensajes de Amor y Paz Interior.
 Encuentra regalos divinos al recordar tu valentía cómo Voluntario Celestial.
¡Vive y disfruta el Presente plenamente!

Existen dos caminos.

El camino del hacer y el camino del disfrutar. Ambos son necesarios para nuestro desarrollo. El camino del hacer nos impulsa a cambiar, transformar y crear. El camino del disfrutar nos invita a vivir al máximo cada momento, sin pensar en el pasado o el futuro.

La clave está en encontrar el equilibrio entre ambos caminos.

No se trata de negar uno u otro, sino de aprender a fluir entre ellos de forma natural. Un día podemos estar inmersos en la acción y otro podemos disfrutar de la contemplación. Ambos son necesarios para nuestra evolución.

Ser real es ser auténtico, ser fiel a nuestra esencia.

Es vivir en paz y armonía con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Es aceptar las experiencias que la vida nos ofrece, tanto las positivas como las negativas, como oportunidades de aprendizaje y crecimiento.

Olvídate de la culpa y el temor. 

Estos sentimientos solo te alejan de tu verdadero ser. La culpa te hace sentir responsable de los problemas del mundo, mientras que el temor te limita y te impide avanzar. Recuerda que eres un ser de luz y amor, y que tu propósito es disfrutar de la vida y compartir tu luz con el mundo.

Tu misión no es compleja ni difícil. 

Tu única misión es ser tú mismo, ser paz y armonía. Comparte tu luz con el mundo a través de tus acciones, tus palabras y tu presencia. Deja de lado las preocupaciones y el estrés, y enfócate en vivir el presente con alegría y plenitud.

Recuerda que eres un ser divino, un voluntario de la luz que ha elegido venir a este planeta para experimentar la vida en su máxima expresión. 

Disfruta de cada momento, abraza la paz y la armonía, y recuerda que tu viaje es un regalo precioso.

Consejos para vivir con plenitud.

Practica la presencia.

 Desconecta del pasado y del futuro y concéntrate en el presente. Observa tu entorno, siente tu cuerpo y respira profundamente.

Cultiva la gratitud. 

Agradece por las cosas buenas y malas que te suceden. La gratitud te ayuda a ver la belleza en lo cotidiano y a apreciar los pequeños detalles de la vida.

Sé amable contigo mismo.

Deja de lado la crítica y la autoexigencia. Trátate con el mismo amor y compasión con el que tratarías a un amigo.

Comparte tu luz.

Ofrece tu ayuda a los demás sin esperar nada a cambio. Comparte tus talentos, tus conocimientos y tu amor con el mundo.

Disfruta del camino.

 La vida es un viaje, no un destino. Disfruta de cada paso del camino, de las experiencias y de los aprendizajes.

Recuerda que eres un ser de luz y amor, y que tu propósito es disfrutar de la vida y compartir tu luz con el mundo. Elige vivir con plenitud, abrazando la paz y la armonía como tu brújula.

Descifrando el Mensaje.

El mensaje es extenso y rico en ideas. Aborda temas como la sanación, la conexión con los seres queridos fallecidos, el propósito de la vida y la importancia de vivir en el presente. Para comprender mejor su esencia, analizaremos sus puntos clave y los sintetizaremos en un mensaje conciso y claro.

La sanación es un proceso autorrealizado.

Jesús no curaba a las personas, sino que les recordaba su propia capacidad de sanarse a sí mismas.

Los seres queridos fallecidos nos traen regalos.

Cuando aparecen en nuestra mente, vienen a ofrecernos amor, perdón y comprensión.

El propósito de la vida es disfrutar de los regalos. 

No estamos aquí para aprender o luchar, sino para experimentar el placer, el gozo y la alegría.

Vivir en el presente es la clave de la felicidad. 

Debemos enfocarnos en el aquí y ahora y apreciar la belleza de la vida.

Somos seres divinos.

Cada uno de nosotros es un regalo para el universo y debemos amarnos y aceptarnos a nosotros mismos.

La sanación es un proceso autorrealizado.

Jesús no curaba a las personas, sino que les recordaba su propia capacidad de sanarse a sí mismas.

Los seres queridos fallecidos nos traen regalos.

Cuando aparecen en nuestra mente, vienen a ofrecernos amor, perdón y comprensión.

El propósito de la vida es disfrutar de los regalos. 

No estamos aquí para aprender o luchar, sino para experimentar el placer, el gozo y la alegría.

Vivir en el presente es la clave de la felicidad. 

Debemos enfocarnos en el aquí y ahora y apreciar la belleza de la vida.

Somos seres divinos.

Cada uno de nosotros es un regalo para el universo y debemos amarnos y aceptarnos a nosotros mismos.

Mensaje Esencial.

El mensaje nos invita a vivir una vida plena y feliz, libre de culpa y temor. Debemos recordar que somos seres divinos con la capacidad de sanarnos a nosotros mismos y de conectar con la fuente de amor y sabiduría que existe dentro de nosotros. El propósito de la vida es disfrutar de los regalos que el universo nos ofrece y vivir en el presente con amor y gratitud.

Reflexión.

El mensaje nos recuerda que la vida es un juego maravilloso y que estamos aquí para disfrutarla. Debemos dejar de lado las creencias limitantes y abrirnos a la posibilidad de vivir una vida plena y feliz.


Recomendaciones. 

  • Practica la gratitud: Agradece por todas las cosas buenas y malas que te suceden.
  • Perdona a los demás y a ti mismo: Deja ir el resentimiento y la culpa.
  • Vive en el presente: Disfruta de cada momento y no te preocupes por el pasado o el futuro.
  • Conecta con tu ser interior: Medita, ora o practica cualquier actividad que te ayude a encontrar paz interior.
  • Comparte tu amor con el mundo: Ayuda a los demás y haz del mundo un lugar mejor.

Conclusión.

El mensaje nos invita a vivir una vida más consciente y plena. Al seguir las recomendaciones, podemos experimentar una mayor felicidad y paz interior.

Tú eres el creador de tu propia realidad. Elige vivir una vida llena de amor, alegría y gratitud.