Vivir Plenamente y en Armonía.
¿Dónde radica la esencia donde nos encontramos cuestionándonos como seres humanos?
¿Cómo podríamos haber sido más felices en nuestro pasado y en nuestra vida?
Al mirar hacia atrás, observamos primero dónde pudimos abordar los desafíos de manera sencilla y dónde nos costaba demasiada energía superar una experiencia.
Enfrenta tus temores, celebra éxitos y cultiva la Felicidad a través del Amor y la Gratitud.
Se trata del simple arte de descubrir cómo disfrutar del presente.
Aquel que se convierte en experto en disfrutar del momento presente requiere disciplina, pero a largo plazo descubre que la vida se vuelve más fácil.
Hay experiencias que son fáciles y otras que
son difíciles. La dificultad radica en la lucha constante por cambiar la
perspectiva de alguien más para que vea las cosas como nosotros deseamos. El
camino fácil, que requiere meses o semanas de disciplina, consiste en hacer que
las personas a nuestro alrededor se sientan de la manera que deseamos. Es como
un sueño hecho realidad, donde nuestras aspiraciones más profundas se ven
facilitadas por aquellos que nos acompañan en el camino.
En Oriente, el proceso es similar. Un discípulo se acerca a un maestro y le pregunta: "Ayúdame a ser feliz". Algunos maestros responden: "Sigue el camino y la voluntad de Dios". Otros preguntan: "Acércate, cuéntame quién eres y qué es lo que más amas hacer".
Reconocen que aquello que amamos hacer es noble y tiene un profundo significado. Para el joven buscador, el camino hacia la felicidad implica hacer lo que más ama.
Es común en Oriente que aquellos que reciben consejo regresen para compartir su experiencia. Quienes optan por seguir las reglas establecidas pueden encontrarse atrapados en la preocupación por cumplirlas todas, mientras que aquellos que optan por hacer lo que aman regresan con una sensación de mayor relajación.
Esta relajación es evidencia de que están viviendo plenamente. Cuando se les pregunta qué han aprendido, muchos responden que quizás no han logrado todo lo que querían, pero están seguros de que han vivido lo que necesitaban. El camino hacia la felicidad radica en la habilidad de ser flexible y vivir lo que realmente necesitamos para sentir que la vida es un privilegio y un regalo, en lugar de tratar de obtener todo lo que deseamos.
Si deseamos a alguien, deseamos encontrar su brillo y honrar su presencia en nuestro camino. Reflexionamos sobre cómo hemos tenido todo lo que necesitábamos en la vida, mostrando flexibilidad ante los desafíos y reconociendo que lo que deseamos a menudo es lo que menos necesitamos.
El viaje del ser humano hacia la
realización de sus deseos puede convertirse en una búsqueda incesante, pero
recordamos que cada uno de nosotros es una suma de aciertos y virtudes. El
secreto está en esforzarnos y valorar lo que tenemos, mientras reconocemos
cuándo soltar y descansar.
Enfocándonos en la Gratitud y la Autoconfianza para Alcanzar la Armonía.
En la vida cotidiana, nos enfrentamos a temores que surgen de la necesidad de planificar y de la complejidad de nuestras acciones. Pero la verdadera maravilla radica en enfocarnos en los aciertos y logros de aquellos que nos rodean, reconociendo que los errores y el dolor son parte de la experiencia humana, pero no definen nuestra existencia. Fomentamos la autoconfianza al recordar y celebrar nuestros éxitos, y al reconocer la valía y los logros de nuestros seres queridos.
Cultivando la Felicidad a través del Amor, la Gratitud y la Comunidad.
La felicidad se encuentra en el arte de hablar con bondad y de valorar los logros y gustos de los demás. Delegamos responsabilidades con confianza, permitiendo que aquellos que nos rodean crezcan y se desarrollen.
Reconocemos la importancia de
disfrutar de actividades que nos brindan alegría y equilibrio, encontrando
libertad en momentos de tranquilidad y gozo.
A medida que nos acercamos a la vejez, reflexionamos sobre nuestras vidas con humildad y aceptación, reconociendo que la verdadera grandeza radica en el amor y el humor que compartimos con los demás.
Nos comprometemos a vivir con alegría y gratitud, sabiendo que cada experiencia es un regalo y una oportunidad para crecer.
En última instancia, buscamos trascender el miedo y la duda, abrazando la vida con amor y sabiduría, con la firme convicción de que estamos aquí para amar, disfrutar y compartir con los demás, honrando la presencia divina en cada uno de nosotros.